Todos los comienzos de año vienen cargados de nuevos propósitos y buenas intenciones; “después de navidad me pongo a dieta”, “en enero me apunto al gimnasio”, “voy a empezar a comer sano”, son algunas de ellas. Sin embargo, la mayoría de las veces no encontramos la motivación suficiente para mantener estos hábitos en el tiempo y acabamos abandonando nuestros objetivos. Sigue estos pasos para instaurar una alimentación saludable durante todo el año y no rendirte en el primer mes.
Márcate objetivos asequibles y realistas
Uno de los errores más comunes a la hora de comenzar un cambio de hábitos es presuponer que va a ser un proceso sencillo y rápido. Te adelantamos que no suele ser así, los cambios llevan tiempo y debes tener paciencia para que tu cuerpo se adapte a los cambios. Lo primero que debes hacer es trabajar en conocerte y preguntarte a dónde quieres llegar. Los objetivos deben ser asequibles y realistas, ya que establecer objetivos demasiado ambiciosos puede llegar a frustrarnos. Nuestro cuerpo no puede procesar todos los cambios a la vez porque es abrumador, por lo tanto, céntrate en los pequeños objetivos que vas logrando, te ayudará a sentirte bien y ver que estás progresando.
No cuentes calorías, cuenta nutrientes
La palabra “dieta” automáticamente nos conecta con la sensación de tortura física y mental, pasar hambre, estar de mal humor, tener que renunciar a planes, prohibición de alimentos…etc. ¡Esto es un error! Para que el cambio sea saludable y a largo plazo, cambia el “me pongo a dieta” por “quiero cambiar mi dieta”, hará que no lo veas como temporal sino como un cambio progresivo y duradero basado en tu salud. Deja de contar calorías y empieza a contar nutrientes, incluyendo todos los grupos de alimentos; legumbres, cereales integrales, frutos secos, las grasas saludables…etc. Este enfoque te hará sentir mejor por dentro y por fuera.
¡Prepara recetas nuevas!
Llevar una alimentación saludable no se reduce a comer brócoli, arroz blanco y pollo hervido. De hecho, consiste en todo lo contrario. Cuanta más variedad, color y sabor haya en tus preparaciones, más energía recibirá nuestro cuerpo y nuestra mente. Te aconsejamos preparar una lista de los alimentos que te gustan e incluir verduras en todas tus preparaciones. Para ello, busca recetas que sean saludables y sencillas; desde pasta con diferentes salsas o guarniciones, pasando por pescado o pollo y hasta deliciosas ensaladas que nada tienen que ver con las típicas tan aburridas a base de lechuga.Eligiendo bien los productos y variando en los métodos de cocción, conseguirás diferentes texturas y sabores que te ayudarán a mantenerte motivado y nutrido al mismo tiempo. Consulta en este enlace las propuestas de recetas que ofrecemos en Tovar.
Divide el objetivo final en pequeños objetivos
La paciencia debe ser tu gran aliada. Para conseguir el objetivo final, empieza realizando pequeños cambios en tu alimentación y desglosa ese gran objetivo en metas más sencillas y realistas. Estos son algunos ejemplos:
- Añade 5 gramos más de fibra a tu menú diario.
- Sustituye los carbohidratos refinados (como el pan blanco, arroz blanco…etc) por cereales integrales.
- Añade dos porciones más de verduras en las comidas y cenas.
- Introduce mínimo 1 fruta diaria.
- Bebe tres vasos más de agua al día.
Lleva la cuenta de tus progresos
No centres toda tu energía en lograr tu objetivo final, ya que éste puede parecer inalcanzable. En cambio, enfócate en apuntar las pequeñas victorias que vayas alcanzando y trata de repetirlas de manera prolongada en el tiempo. Te aseguramos que este gesto disparará tu motivación y te animará a seguir adelante, invirtiendo energía en cada tarea y centrándote en lo que realmente importa: el presente.