Las autoridades sanitarias han aconsejado hacer la compra una vez a la semana durante el Estado de Alarma. Además es fundamental ir con un menú preparado de todo lo que vamos a comer durante la semana para no volver a ir y equipado con guantes y mascarilla. Es importante cumplir estas premisas de las autoridades para evitar el contagio y exponernos lo menos posible al virus. Hoy te traemos unos trucos para que ahorres todo lo posible en la cesta de la compra durante el confinamiento.
- No improvises. Como estábamos diciendo, es importante preparar una lista de la compra, ya puede ser una de las mejores fórmulas para ahorrar en el supermercado. Antes de salir de casa revisa despensa, frigorífico o baños y anota los productos que te faltan. Hacer un listado de lo que todavía te queda en la nevera también te puede servir para adecuar tu menú semanal a lo que ya tienes, no desaprovechar ningún producto y solo comprar lo que realmente necesitas para completar dicho menú.
- Alimentos de temporada, cercanía y frescos. Están en su mejor momento y son más baratos, ya que no necesitan de procesamiento, maduración artificial o transporte de largo recorrido, lo que además les hace mucho más saludables. Durante este tiempo, hay que consumir muchas frutas y verduras. Son alimentos que apenas tienen calorías y son perfectos en momentos en los que nuestra actividad es mínima. Tomates, judías, alcachofas, manzanas… son solo algunos ejemplos de los productos que sí deberías incluir en tu cesta de la compra.
- Establece un presupuesto. Si ya tienes tu lista de la compra, sólo te falta hacer un presupuesto con un máximo de dinero a gastar e intenta no salirte de él.
- Compra a granel. La ventaja es doble, ya que los precios son más bajos y además comprarás solo lo que necesites. Si compras en bandeja es fácil que acabes comprando más de lo necesario y al final tengas que tirar parte a la basura.
- Fíjate en el precio del kilo. Muchas veces vemos un producto envasado con un precio, por ejemplo, de 1,50 euros, lo que te parece muy barato, pero lo cierto es que si te fijas en el precio del kilo la ganga se esfuma.
- Compra sin hambre. Si vas a la compra con hambre tu cesta puede “engordar” con productos que ni necesitas ni son, precisamente, los más saludables y económicos. Comprar por capricho puede ser tu peor enemigo si quieres ahorrar.
- El “apellido” no suele salir barato. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, los productos que lleven consigo las palabras “eco”, “bío”, “artesano” o “enriquecido” suelen ser mucho más caros. Como muestra un ejemplo: la leche “sin lactosa” es un 30% más cara.
- Revisa el ticket. Ni mucho menos de manera intencionada pero, más a menudo de lo que piensas, errores de caja, de los programas informáticos o de un cajero despistado pueden encarecer injustamente tu compra. Presta especial atención a aquellos productos de superoferta o a las promociones 2×1 o 3×2.