La sal. Hay tantos tipos como opiniones y gustos sobre ella. Muchos opinan que es fundamental para condimentar los platos y potenciar el sabor de los alimentos, otros, en cambio, opinan que enmascaran el sabor natural de nuestros platos y prefieren reducir su consumo. Lo cierto es que el sodio es un mineral esencial para el ser humano, pero se recomienda tomar una cantidad muy pequeña, concretamente, la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 5g diarios. Es por ello por lo que, comer fuera de casa, especialmente productos ultra procesados, hacen que sean fácil superar con creces esa cifra, con los peligros para la salud que eso supone.
Hasta hace unos años solamente conocíamos dos tipos de sal (sal fina y gruesa), pero el mercado se ha llenado de variedades llamativas que pueden cierta crear confusión a la hora de usarlas. Estas variedades aportan multitud de oportunidades para cocinar.
Pero… ¿Qué tipos de sal existen? A continuación, te contamos cuáles son los principales tipos de sal que están triunfando en el mercado.
La sal común: la sal de mesa.
La que llena los saleros de las casas y, por tanto, la más usada. Su base es el cloruro sódico que se obtiene en un proceso industrial en laboratorios y, en ocasiones, se le añaden componentes como los antiaglomerantes para evitar que se apelmace o endurezca. Añadir flúor o yodo suele ser común para obtener un producto más enriquecido. Funciona muy bien para adobar carnes y pescados, y sazonar guisos, sopas, salsas o ensalada. La sal gruesa forma parte de este tipo de sal, ya que se elabora de la misma manera, pero tiene un grano más grande, lo que la convierte en la más demandada para hornear y perfecta para sazonar, por ejemplo, grandes trozos de ternera.
Sal marina
Esta sal es muy natural y tradicional ya que se extrae del mar, evitando su contacto con metales y permitiendo el proceso natural de evaporación del agua. Esto hace que tenga un sabor especialmente salado, por lo que se recomienda usarla en alimentos menos salados para conseguir un equilibrio de sabor. Su grano es más grueso que la sal común y puede contener algunos minerales del lugar donde se ha extraído, como potasio, zinc y hierro.
Flor de sal
Es una de las más populares en la alta cocina y también una de las más caras. Esta sal gourmet es de origen artesanal; se produce mediante la retirada de la capa superior de sal en los bancos. Es mucho más rica en nutrientes que otra sal, es muy natural al carecer de yodo o flúor y no se disuelve, por lo que se utiliza mucho para aportar una textura crujiente a los platos. No suele usarse para guisar sino para añadir sobre alimentos crudos como ensaladas o platos ya acabados de carne, pescados y verduras.
Sal en escamas
Son como cristales en formas de escamas que se aplican frecuentemente en múltiples platos muy variados, desde parrilladas de verduras hasta chuletones a la plancha. Normalmente se trata de una de las sales más caras que no se utilizan durante el cocinado, sino como complemento final colocado justo antes de la degustación.
Sal del Himalaya
Como bien indica su nombre, es extraída de la cordillera del Himalaya y de océanos primitivos ya secados tras millones de años, como, por ejemplo, el de los Andes. Llama mucho la atención por su color rosado, que se debe a la concentración de determinados oligoelementos como el hierro. Además, este tipo de sal tiene una gran cantidad de beneficios; elimina la acidez a nivel celular y controla la retención de líquidos. También contribuye a un mayor aprovechamiento de nutrientes, tiene propiedades antioxidantes y mejora la circulación.
Sal líquida
Existen dos tipos de sal líquida en la actualidad: la sal diluida en agua presentada en formato spray, que sirve para pulverizar sobre los alimentos o platos, y el agua de mar, que se extrae directamente de las aguas del mar. Esta agua se somete a diversos procesos que la convierten en apta para el consumo; contiene menos cloruro sódico y puede utilizarse en sustitución del agua mineral dulce o del caldo en función de la receta.
Como hemos dicho, la elección del tipo de sal que utilicemos para nuestros alimentos variará en función de nuestros gustos y preferencias. También hemos visto que no existe un momento idóneo para añadir sal a un plato, sino que dependerá del tipo de sal y, sobre todo, de su preparación. Hay recetas que pueden salarse desde el principio, pero en otras, es preferible añadirla al final, como, por ejemplo, en las sopas y las carnes a la plancha.
Las enfermedades cardiovasculares tienen el porcentaje de mortalidad más alto del mundo, con aproximadamente 17,5 millones de fallecimientos al año. En España, las patologías cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte, para ser más exactos, las siguientes; insuficiencia cardíaca, la muerte súbita, la fibrilación auricular o el infarto agudo. Una de las maneras más eficaces de prevenir estas patologías es a través de la educación nutricional, es decir, llevando a cabo unos hábitos alimenticios saludables. A continuación, te recomendamos algunos hábitos alimenticios y qué alimentos se han de priorizar.
4 hábitos saludables para un corazón sano
Aumentar el consumo de pescado. La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar, al menos, tres o cuatro raciones de pescado a la semana. Recomendamos priorizar el consumo de pescado azul por su alto contenido en omega-3, un alimento cardioprotector. Los ácidos grasos omega-3 pueden beneficiar la salud de tu corazón ya que disminuyen el nivel de azúcar en sangre, reducen la presión arterial y el riesgo de insuficiencia cardiaca, además de reducir los latidos irregulares del corazón.
Dieta mediterránea. Según La Fundación Española del Corazón (FEC) la dieta influye directamente en la salud de nuestro corazón y recomienda la mediterránea ya que puede llegar a reducir hasta un 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero ¿en qué consiste exactamente la dieta mediterránea? Pues bien, los principales componentes son los siguientes: consumo diario de verduras, frutas, granos integrales y grasas saludables, así como consumo semanal de pescado, carnes, legumbres y huevos. Uno de los productos estrella es el aceite de oliva, ya que, gracias al ácido oleico y sus grasas de origen vegetal, el riesgo de padecer obstrucciones en las arterias se reduce considerablemente.
Control del colesterol. El colesterol es uno de los enemigos principales de la salud cardiovascular. Debemos llevar a cabo una estricta rutina de control, lo bueno es que una correcta elección de alimentos permite reducir hasta un 50 % la ingesta de colesterol. La FEC sigue recomendando una alimentación equilibrada y sin grasas saturadas como tratamiento para reducir los niveles de colesterol en sangre.
Reducir consumo de alcohol y tabaco. Ambos son factores de alto riesgo cardiovascular. Un reciente estudio ha concluido lo nocivo que puede llegar a ser para los adolescentes y su salud ya que potencia la rigidez arterial precoz. Esto no es lo único que produce el tabaquismo, ya que provoca que el corazón se esfuerce más, acelerando su frecuencia cardiaca y ocasionando alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. El consumo excesivo y prologando de alcohol tampoco lo recomendamos ya que provoca arritmias, aumenta la presión arterial y puede hasta modificar el metabolismo del colesterol. Además, una de las consecuencias negativas más significativas es que puede debilitar el músculo cardiaco, probando una miocardiopatía dilatada.
¿Qué alimentos debo priorizar para cuidar mi corazón?
La Fundación Española del Corazón recomienda ingerir estos alimentos de manera diaria para conseguir fortalecer la salud cardiovascular.
– Frutos secos. En especial se recomiendan las nueces, un alimento estrella que previene y cuida los problemas cardiacos gracias a su alto nivel en ácidos grasos omega-3 que actúan como protectores cardiovasculares.
– Chocolate negro. Cuanto más puro, mejor. Se recomienda tomar a partir del 85%. Ayuda a restaurar la flexibilidad de las arterias y evita que los leucocitos se peguen en las paredes de los vasos sanguíneos.
– Salmón. Uno de los pescados azules que contiene más niveles de omega-3; ayuda a reducir e colesterol y los niveles de triglicéridos.
–Brócoli. Este alimento ayuda a reducir el riesgo de accidentes vasculares gracias por alto aporte de ácido fólico, zinc, hierro, calcio, vitamina K y antioxidantes.
-Fresas. Los flavonoides que contienen contribuyen a la dilatación arterial, controlando la tensión arterial y protegiendo la capa interior de los vasos sanguíneos.
– Aceite de oliva. Riqueza dorada de nuestro país. Protege la salud cardiovascular gracias a su composición de antioxidantes y ácidos grasos.
– Té verde. Son buenos para la salud cardiovascular ya que el consumo que una o dos tazas diarias ayuda a disminuir los niveles altos de grasa en la sangre.
El término superalimentos es una manera atractiva de etiquetar a aquellos alimentos con un potencial nutritivo muy interesante; ya sean frutas, verduras, algas, cereales o bebidas. Estos superalimentos son una fuente de salud extraordinaria por su aporte de vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables. ¡Los héroes de la nutrición!
Pero ¿cuáles son estos alimentos? Y también muy importante… ¿cómo puedo identificarlos?
Bien, aquí te contamos todo lo que sabemos sobre los principales llamados “héroes de la nutrición”:
Arándanos: los expertos aseguran que este fruto del bosque es uno de los más sanos del planeta. Es famoso por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y por ser un aliado para la salud cardiovascular. Además, los expertos aseguran que es un alimento que puede favorecer la prevención del cáncer de colon.
Aceite de Oliva Virgen Extra: desde siempre se le han atribuido propiedades curativas y beneficiosas, incluso, han llegado a llamarlo “oro líquido”. Es uno de los tesoros del mediterráneo; disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno; es un potente antioxidante por la vitamina E y los polifenoles que contiene; su consumo reduce la posibilidad de desarrollar cáncer de mama y, también, previene la diabetes y las enfermedades degenerativas.
Quinoa: estas semillas se parecen a las legumbres por su aporte nutricional; hidratos de carbono complejos y muy rica en fibra de fácil digestión. Con un índice glucémico muy bajo, contiene calcio, hierro y magnesio, así como vitaminas C, E, B1 y B2. La mejor manera de asegurarse que la absorción de hierro tiene lugar, es combinándolo con un alimento rico en vitamina C. Que esta semilla ayude a controlar los niveles de colesterol, contribuya a la pérdida de peso y a la regulación del tránsito intestinal la convierte, sin duda, en un superalimento.
Legumbres: Una fuente de proteína de valor biológico, ricas minerales como el magnesio y el calcio. Las legumbres son famosas por su alto contenido en hierro, colabora en la prevención de la obesidad, dolencias cardiacas y enfermedades como la diabetes. Así que, a la próxima si te preguntan si quieres lentejas… ¡No digas que las dejas!
Brócoli: es una hortaliza con un gran valor nutritivo y destaca por su alto contenido en vitamina C y hierro. Tiene mucha fibra y pocas calorías y tiene efecto antioxidante en el metabolismo. Por si fuera poco, los expertos aseguran que su contenido en glucosinolatos pueden tener una acción beneficiosa a la hora de prevenir algunos tipos de cáncer, como, por ejemplo, el de mama o pulmón.
Sardinas: es un pescado azul que aporta Omega 3 que contribuye a una mejora en la salud cardiovascular y tiene propiedades antiinflamatorias. Lo positivo de este tipo de pescado es que no acumula materiales pescados como puede pasar con otros pescados azules como el atún o el emperador. Si quieres regular el colesterol y los triglicéridos, no dudes en incluir las sardinas en tu menú semanal.
Bayas Goji: esta superfruta se utiliza desde hace más de 2.000 años en la medicina tradicional china y recientemente se está poniendo de moda en occidente. Está calificada como un superalimento por su alto contenido en antioxidantes y por el aporte de la vitamina C que ayuda al buen mantenimiento del sistema inmunitario, a la formación del colágeno, a la disminución del cansancio, etc. Es por eso que lleva usándose miles de años en China y el Tibet como medicina para tratar todo tipo de dolencias.
Avena: este cereal es perfecto para integrarlo en tu dieta diaria gracias a su fibra e hidratos de carbono que procura energía al cuerpo de forma gradual y protege al corazón. Así, es perfecto para reducir el colesterol malo, ayuda a perder peso por su efecto saciante, aumenta las defensas por sus nutrientes inmunomoduladores y mejora el tránsito intestinal.
Como podéis ver, estos superalimentos son muy fáciles de identificar pues son productos naturales, sin aditivos ni conservantes, alimentos que podríamos catalogar dentro de la corriente popular llamada realfood.
Las verduras son un alimento muy recomendado por nutricionistas y especialistas de la salud para llevar un estilo de vida sano. Tras los excesos del verano, en septiembre se convertirán en el pilar de la mayoría de dietas. Por ello, hoy vamos a explicarte las mejores formas de cocinado para poder sacarles el mejor partido y estén mucho más apetecibles y saludables.
Para adentrarnos en materia, diremos que la mejor forma de cocinar la gran mayoría de las verduras para así mantener sus propiedades intactas serán aquellas técnicas de cocción que apenas modifiquen su estructura, que no aporten grasas y que mantengan la verdura lo más intacta posible en su origen.
Cocción tradicional
Consiste en cocinar tus verduras introduciéndolas en agua o caldo que ponemos a hervir. Las verduras se cocinan dentro de este líquido, ya sea agua o caldo, al cual además podemos añadir algún tipo de especia para enriquecer. Una de las ventajas que nos ofrece la cocción de los alimentos, además de la limpieza, es que el agua o caldo con el que cocemos podemos reusarlo añadiéndolo a tus guisos en lugar de usar agua común o tomarlo a modo de consomé, con lo que con un mismo cocinado tenemos dos preparaciones.
Cocinado al vapor
Es una forma muy saludable de cocinar y perfecta para las verduras que se está poniendo muy de moda. Este tipo de cocción aprovecha el vapor que produce el agua en ebullición que ponemos en una cacerola u olla donde colocamos encima una vaporera o rejilla, la cual deja pasar el vapor haciendo que este cocine los alimentos.
Al horno
Otra de las formas de cocinar de forma saludable es usando el horno. o más natural posible, usar únicamente un chorro de aceite de oliva virgen para favorecer el horneado y que no quede muy seca la verdura. Aprovecha para poner especias, como el romero o el tomillo, que darán un toque especial a tus verduras
No olvides que si los vegetales se cocinan durante mucho tiempo, puede que estén perdiendo más del 50% de sus vitaminas y minerales. Es mejor comer las verduras “al dente”, para que se conserven mejor sus propiedades. Nosotros apostamos por estos 3 tipos de cocinado ya que aúnan el mejor sabor lo más saludable posible. Por último, recuerda que cada verdura tiene un tiempo de cocinado según sus propiedades, te recomendemos que te informes antes de cocinarlas para clavar su punto de cocción. Te dejamos una tabla orientativa de recetasderechupete.com
El verano es una época del año donde no podemos pasar por alto nuestra dieta. Las vacaciones y las constantes escapadas hacen que sea más difícil establecer una rutina alimentaria. Por ello, vamos a seleccionar 5 alimentos que no pueden faltar en tu dieta este verano.
Tomate. Es una de las joyas de la corona de la huerta murciana. Es de las hortalizas que más hidratación nos aportan –algo muy importante para la salud de la piel y de los ojos–, porque su composición es agua en un porcentaje muy elevado, y el resto son todo nutrientes realmente beneficiosos. Es un alimento ideal para ensaladas, salsas naturales, acompañamiento de pescado y carne, etc. Te animamos a que prepares una ensalada murciana elaborada a base de tomate o decántate por un gazpacho andaluz como el que tenemos de oferta durante el mes de julio.
Pescado azul. Sardina, boquerón, caballa, palometa, atún, bonito… No hay nada más apetecible en verano que un buen pescado, y en España tenemos la suerte de poderlos disfrutar con toda su frescura y sabor. Estos manjares del mar son una fuente inmejorable de omega 3, un tipo de grasas que, aunque debemos controlar su ingesta porque aportan bastantes calorías, son imprescindibles para mantener una piel sana e hidratada, con lo que será más resistente a las radiaciones nocivas del sol, ayudando al mismo tiempo a prevenir las manchas.
Legumbres. Quítate de la cabeza que las legumbres son solo para guisos dan mucho más de sí y son perfectas para el verano. Adéntrate en el mundo de las ensaladas de lentejas y garbanzos. Pruébalas cocidas en ensalada, combinadas con todo tipo de verduras y hortalizas (tomate, pimiento lechuga, cebolla, zanahoria, etc.)
Melón y sandía. Durante el verano tenemos la posibilidad de disfrutar de 2 frutas deliciosas, muy refrescantes y ricas en vitamina c. Solo hace falta cortarlas para caer en la cuenta de la cantidad de líquido que regala a nuestro organismo, que además de hidratar la piel y las mucosas hacer frente con más alivio a los rigores del verano, ayuda a depurar el organismo y, de paso, a prevenir la aparición de manchas en la piel que a veces salen como consecuencia de la acumulación de toxinas.
Aceite de oliva. En España se producen los mejores aceites de oliva del mundo y es de ley, que aprovechemos al máximo sus propiedades beneficiosas para la salud, sobre todo si es virgen extra. Entre sus innumerables nutrientes, para la piel y los ojos es especialmente buena la vitamina E. Nosotros te recomendamos el aceite virgen extra Rey Don Jaime que está en promoción durante este mes en Tovar.
La carne es un alimento muy presente en toda la gama de productos que distribuye José Tovar SL, tanto en la cartelería mensual como en los catálogos anuales. Todos los meses promovemos el consumo de carne con grandes ofertas de los mejores productores del país. Diversos estudios han concluido que es un alimento muy importante y que constituye una fuente importante de proteínas de alto valor biológico. Además, es fuente de vitamina B12, hierro, potasio, fósforo y zinc entre otros micronutrientes.
La carne nos aporta una gran número de proteínas de alto valor biológico que contienen todos los aminoácidos esenciales que necesitamos. Estas desarrollan funciones muy importantes en nuestro organismo como conservar y aumentar la masa muscular, regular el sistema inmune y transportar el oxígeno por el cuerpo, entre muchas otras. Las proteínas deben constituir entre un 10 y un 15% de las calorías totales de la dieta.
También nos aporta nos aporta muchas vitaminas, especialmente las del grupo B entre las que destaca la B12, una vitamina hidrosoluble que se encuentra únicamente en alimentos de origen animal. Ejerce numerosas funciones en nuestro organismo como ayudarnos a disminuir el cansancio y la fatiga, contribuir a la formación normal de glóbulos rojos y a la función psicológica normal.
El consumo de carne está contemplado dentro de la ya conocida Dieta Mediterránea. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda un consumo de carne de 3 raciones semanales, considerando una ración de entre 100/125 g de peso neto, priorizando siempre los cortes magros y eligiendo técnicas culinarias saludables. Existen numerosas corrientes que detestan el consumo de carne pero hay que recordar que eliminar determinados grupos de alimentos de nuestra dieta, puede aumentar el riesgo de padecer determinadas deficiencias nutricionales ya que supondría salir del marco de dieta variada y equilibrada.
Dietas restrictivas en productos de origen animal, podrían llevar a tener que suplementar en ciertos nutrientes como la vitamina B12, encontrada exclusivamente en alimentos de origen animal como la carne, pescado o huevos.
En resumen, la carne juega un papel fundamental desde el punto de vista de la nutrición, pero también desde el disfrute y el placer.
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