Si hay algo que nos gusta a los españoles son las tapas, el verano, las terrazas, un refrigerio y un buen chapuzón en el mar o en la piscina.Si tienes el honor de ser anfitrión este verano, te damos algunas ideas para crear tus propias tapas y ensaladas para disfrutar de la compañía y el buen tiempo.
Pero… ¡Cuidado! La llegada del verano no supone descuidar nuestra alimentación. Por eso, desde TOVAR, te ayudamos a elaborar tus propias tapas y ensaladas de manera rápida, ligera y saludable.
Ideas de tapas:
Chupito de pulpo con crema de patata
¡Todo un éxito! Solo tienes que seleccionar unas copitas pequeñas, añadir unas gotitas de aceite con pimentón, y, a continuación, servir unas cucharaditas de puré de patata y colocar un trocito de pulpo por encima (que puedes adquirir ya cocido). ¡Fácil y riquísimo! Y recuerda, la presentación es muy importante.
Gazpacho de cerezas
Innovar puede ser arriesgado… pero con esta receta seguro que triunfarás. Tan solo tienes que depositar en un bol: tomates, pimientos y cerezas troceadas, añadir medio litro de agua aproximadamente, 1 cucharada sopera de sal y 2 cucharadas de aceite y … ¡A triturar! Una vez esté completamente líquido, introdúcelo en el frigorífico hasta que esté bien frío.
Tartar de langostino, mango y aguacate
La mezcla de estos ingredientes aporta una variedad cromática que hará que atraiga la vista de todos tus invitados. Además, es muy sencillo de preparar. Te lo explicamos. Solo tienes que trocear en pequeños cubos el mango, los langostinos y el aguacate. Para que su aspecto quede perfecto, necesitarás un molde metálico, insertando como primera capa del tartar el mango, encima el langostino y finalmente el aguacate. Opcionalmente, puedes colocar arriba del todo un trozo entero de langostino y una rodaja de limón.
Calamares encebollados al albariño
Hay muchísimas formas de hacer unos calamares encebollados, así que hoy os traemos una propuesta rápida de preparar. Primero de todo, pela unas cebollas moradas y córtalas en juliana fina. Póchalas en una sartén con aceite hasta que esté bien tierna y casi caramelizada. Una vez esté, incorpora los aros de calamar, salpimenta al gusto y rehoga unos minutos en la sartén, y, a continuación, moja con el albariño. Deja que cueza a fuego alegre hasta que se evapore el alcohol.
Ideas de ensaladas:
Ensalada de quinoa
La quinoa es un alimento cada vez más consumido por sus múltiples beneficios para la salud y la digestión. Para elaborar esta ensalada, solo tendrás que lavar la quinoa y dejarla cocer en agua hirviendo. Cuando esté, déjala enfriar en la nevera y añádele tus ingredientes favoritos. Te damos algunos ejemplos: calabacín, atún, cebolla, pavo y queso.
Ensalada de garbanzos
Solo necesitarás: un bote de garbanzos cocidos, lechuga y rúcula, tomates, huevos cocidos, cebolla y una lata de atún al natural. Mezcla todos estos ingredientes troceados a tu gusto en un bol. Aderézalo como más te guste, por ejemplo, con vinagre de módena, con aceite, un chorrito de limón…y deja que se enfríe en el frigorífico. En una hora, tendrás tu ensalada perfecta para comer… pero si la prefieres caliente, ¡no hace falta ni que esperes!
Ensalada de colores
Si hay algo que caracteriza este 2021 es el color. Tus ensaladas además de estar buenas también pueden ser bonitas y llamativas. Añade a un bol de mix de lechuga, tomate, remolacha cocida, aguacate, rabanitos, col lombarda y mandarina (o cualquier otra fruta que te guste). Para el aliño bastará con aceite de oliva, vinagre balsámico y sal.
Ensalada de pasta
Los clásicos nunca fallan. Además, es un plato que da mucho juego y siempre sale delicioso. Hay infinitas maneras de elaborar una ensalada de pasta, pero nosotros te recomendamos esta opción: mezcla la pasta con rúcula, tomatitos Cherry, mozzarella y atún. ¿Te convence?
La tradicional dieta mediterránea es mundialmente conocida por sus numerosos beneficios para la salud, especialmente para el corazón. Su magia reside en su variedad de vegetales, frutas, granos enteros, frutos secos, semillas y aceite de oliva. No podemos olvidar que otro elemento fundamental de la dieta mediterránea es que va más allá de los alimentos: es un estilo de vida. Es tradición compartir las comidas con familia y los amigos, disfrutar de una copa de vino tinto y estar físicamente activo.
Estos son los principales componentes de la dieta mediterránea:
Consumo diario de vegetarles, frutas, granos enteros y grasas saludables
Consumo semanal de pescado, aves y huevos
Porciones moderadas de productos lácteos
Consumo limitado de carne roja
¡La dieta mediterránea es muy valorada a nivel mundial y no es de extrañar! Estas son las principales claves que explican su éxito:
Estacionalidad. La materia prima de la que disponemos en el mediterráneo es de temporada; son productos frescos que potencian el sabor de los alimentos y su calidad y exquisitez. Pero… ¡no es la única ventaja! A esto se le añade que los alimentos de temporada son más nutritivos y son buenos para el medio ambiente al respetar las estaciones.
Producto de calidad. La dieta mediterránea prioriza los platos compuestos por productos de calidad, cercanía y temporada, aunque su elaboración sea sencilla. Hay un gran respeto por el arte de la producción de alimentos. A cada receta se le dedica su tiempo y se rechazan productos procesados y precocinados que están cargados de azúcar y aditivos innecesarios.
Estilo de vida. En los países que conforman el mediterráneo, comer es mucho más que una necesidad vital, es una experiencia placentera. Es una forma de relajarse, olvidarse de las prisas y parar a saborear de la comida. Todo un ritual que comienza con unos aperitivos para compartir, un plato principal con un buen maridaje de vino, y nuestros exquisitos postres. Compartir esta experiencia con nuestros familiares y amigos es una manera que tenemos de disfrutar de la vida.
Sentir la comida. Otro aspecto mágico que rodea a la dieta mediterránea es su filosofía de romper con los ritmos acelerados y tener una actitud mucho más sosegada ante la ingesta. Este aspecto es especialmente beneficioso para la salud porque se asimilan los nutrientes mucho mejor.
Beneficios para la salud. Seguir una dieta mediterránea te ayudará a adoptar un patrón saludable en la forma de comer y te ayudará a disfrutar de la alimentación. Entre sus beneficios más destacados encontramos los siguientes:
Evita un envejecimiento prematuro de las células
Mejora del funcionamiento de diversos órganos, como el riñón y el corazón.
Evita sufrir diabetes debido a que una alimentación rica en hidratos de carbono complejos y aceite de oliva.
Previene la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
Mejora la esperanza devida.
Ayuda a controlar el peso e incrementar la sensación de bienestar físico.
En TOVAR ofrecemos productos de primeras marcas de la más alta calidad y en nuestra cultura empresarial la dieta mediterránea está arraigada como base de nuestra razón de ser. Nuestra experiencia y conocimiento del mercado de la hostelería nos permite asesorar a nuestros clientes con garantía de éxito y compromiso de cercanía y atención.
La sal. Hay tantos tipos como opiniones y gustos sobre ella. Muchos opinan que es fundamental para condimentar los platos y potenciar el sabor de los alimentos, otros, en cambio, opinan que enmascaran el sabor natural de nuestros platos y prefieren reducir su consumo. Lo cierto es que el sodio es un mineral esencial para el ser humano, pero se recomienda tomar una cantidad muy pequeña, concretamente, la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 5g diarios. Es por ello por lo que, comer fuera de casa, especialmente productos ultra procesados, hacen que sean fácil superar con creces esa cifra, con los peligros para la salud que eso supone.
Hasta hace unos años solamente conocíamos dos tipos de sal (sal fina y gruesa), pero el mercado se ha llenado de variedades llamativas que pueden cierta crear confusión a la hora de usarlas. Estas variedades aportan multitud de oportunidades para cocinar.
Pero… ¿Qué tipos de sal existen? A continuación, te contamos cuáles son los principales tipos de sal que están triunfando en el mercado.
La sal común: la sal de mesa.
La que llena los saleros de las casas y, por tanto, la más usada. Su base es el cloruro sódico que se obtiene en un proceso industrial en laboratorios y, en ocasiones, se le añaden componentes como los antiaglomerantes para evitar que se apelmace o endurezca. Añadir flúor o yodo suele ser común para obtener un producto más enriquecido. Funciona muy bien para adobar carnes y pescados, y sazonar guisos, sopas, salsas o ensalada. La sal gruesa forma parte de este tipo de sal, ya que se elabora de la misma manera, pero tiene un grano más grande, lo que la convierte en la más demandada para hornear y perfecta para sazonar, por ejemplo, grandes trozos de ternera.
Sal marina
Esta sal es muy natural y tradicional ya que se extrae del mar, evitando su contacto con metales y permitiendo el proceso natural de evaporación del agua. Esto hace que tenga un sabor especialmente salado, por lo que se recomienda usarla en alimentos menos salados para conseguir un equilibrio de sabor. Su grano es más grueso que la sal común y puede contener algunos minerales del lugar donde se ha extraído, como potasio, zinc y hierro.
Flor de sal
Es una de las más populares en la alta cocina y también una de las más caras. Esta sal gourmet es de origen artesanal; se produce mediante la retirada de la capa superior de sal en los bancos. Es mucho más rica en nutrientes que otra sal, es muy natural al carecer de yodo o flúor y no se disuelve, por lo que se utiliza mucho para aportar una textura crujiente a los platos. No suele usarse para guisar sino para añadir sobre alimentos crudos como ensaladas o platos ya acabados de carne, pescados y verduras.
Sal en escamas
Son como cristales en formas de escamas que se aplican frecuentemente en múltiples platos muy variados, desde parrilladas de verduras hasta chuletones a la plancha. Normalmente se trata de una de las sales más caras que no se utilizan durante el cocinado, sino como complemento final colocado justo antes de la degustación.
Sal del Himalaya
Como bien indica su nombre, es extraída de la cordillera del Himalaya y de océanos primitivos ya secados tras millones de años, como, por ejemplo, el de los Andes. Llama mucho la atención por su color rosado, que se debe a la concentración de determinados oligoelementos como el hierro. Además, este tipo de sal tiene una gran cantidad de beneficios; elimina la acidez a nivel celular y controla la retención de líquidos. También contribuye a un mayor aprovechamiento de nutrientes, tiene propiedades antioxidantes y mejora la circulación.
Sal líquida
Existen dos tipos de sal líquida en la actualidad: la sal diluida en agua presentada en formato spray, que sirve para pulverizar sobre los alimentos o platos, y el agua de mar, que se extrae directamente de las aguas del mar. Esta agua se somete a diversos procesos que la convierten en apta para el consumo; contiene menos cloruro sódico y puede utilizarse en sustitución del agua mineral dulce o del caldo en función de la receta.
Como hemos dicho, la elección del tipo de sal que utilicemos para nuestros alimentos variará en función de nuestros gustos y preferencias. También hemos visto que no existe un momento idóneo para añadir sal a un plato, sino que dependerá del tipo de sal y, sobre todo, de su preparación. Hay recetas que pueden salarse desde el principio, pero en otras, es preferible añadirla al final, como, por ejemplo, en las sopas y las carnes a la plancha.
Las enfermedades cardiovasculares tienen el porcentaje de mortalidad más alto del mundo, con aproximadamente 17,5 millones de fallecimientos al año. En España, las patologías cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte, para ser más exactos, las siguientes; insuficiencia cardíaca, la muerte súbita, la fibrilación auricular o el infarto agudo. Una de las maneras más eficaces de prevenir estas patologías es a través de la educación nutricional, es decir, llevando a cabo unos hábitos alimenticios saludables. A continuación, te recomendamos algunos hábitos alimenticios y qué alimentos se han de priorizar.
4 hábitos saludables para un corazón sano
Aumentar el consumo de pescado. La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar, al menos, tres o cuatro raciones de pescado a la semana. Recomendamos priorizar el consumo de pescado azul por su alto contenido en omega-3, un alimento cardioprotector. Los ácidos grasos omega-3 pueden beneficiar la salud de tu corazón ya que disminuyen el nivel de azúcar en sangre, reducen la presión arterial y el riesgo de insuficiencia cardiaca, además de reducir los latidos irregulares del corazón.
Dieta mediterránea. Según La Fundación Española del Corazón (FEC) la dieta influye directamente en la salud de nuestro corazón y recomienda la mediterránea ya que puede llegar a reducir hasta un 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero ¿en qué consiste exactamente la dieta mediterránea? Pues bien, los principales componentes son los siguientes: consumo diario de verduras, frutas, granos integrales y grasas saludables, así como consumo semanal de pescado, carnes, legumbres y huevos. Uno de los productos estrella es el aceite de oliva, ya que, gracias al ácido oleico y sus grasas de origen vegetal, el riesgo de padecer obstrucciones en las arterias se reduce considerablemente.
Control del colesterol. El colesterol es uno de los enemigos principales de la salud cardiovascular. Debemos llevar a cabo una estricta rutina de control, lo bueno es que una correcta elección de alimentos permite reducir hasta un 50 % la ingesta de colesterol. La FEC sigue recomendando una alimentación equilibrada y sin grasas saturadas como tratamiento para reducir los niveles de colesterol en sangre.
Reducir consumo de alcohol y tabaco. Ambos son factores de alto riesgo cardiovascular. Un reciente estudio ha concluido lo nocivo que puede llegar a ser para los adolescentes y su salud ya que potencia la rigidez arterial precoz. Esto no es lo único que produce el tabaquismo, ya que provoca que el corazón se esfuerce más, acelerando su frecuencia cardiaca y ocasionando alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. El consumo excesivo y prologando de alcohol tampoco lo recomendamos ya que provoca arritmias, aumenta la presión arterial y puede hasta modificar el metabolismo del colesterol. Además, una de las consecuencias negativas más significativas es que puede debilitar el músculo cardiaco, probando una miocardiopatía dilatada.
¿Qué alimentos debo priorizar para cuidar mi corazón?
La Fundación Española del Corazón recomienda ingerir estos alimentos de manera diaria para conseguir fortalecer la salud cardiovascular.
– Frutos secos. En especial se recomiendan las nueces, un alimento estrella que previene y cuida los problemas cardiacos gracias a su alto nivel en ácidos grasos omega-3 que actúan como protectores cardiovasculares.
– Chocolate negro. Cuanto más puro, mejor. Se recomienda tomar a partir del 85%. Ayuda a restaurar la flexibilidad de las arterias y evita que los leucocitos se peguen en las paredes de los vasos sanguíneos.
– Salmón. Uno de los pescados azules que contiene más niveles de omega-3; ayuda a reducir e colesterol y los niveles de triglicéridos.
–Brócoli. Este alimento ayuda a reducir el riesgo de accidentes vasculares gracias por alto aporte de ácido fólico, zinc, hierro, calcio, vitamina K y antioxidantes.
-Fresas. Los flavonoides que contienen contribuyen a la dilatación arterial, controlando la tensión arterial y protegiendo la capa interior de los vasos sanguíneos.
– Aceite de oliva. Riqueza dorada de nuestro país. Protege la salud cardiovascular gracias a su composición de antioxidantes y ácidos grasos.
– Té verde. Son buenos para la salud cardiovascular ya que el consumo que una o dos tazas diarias ayuda a disminuir los niveles altos de grasa en la sangre.
El término superalimentos es una manera atractiva de etiquetar a aquellos alimentos con un potencial nutritivo muy interesante; ya sean frutas, verduras, algas, cereales o bebidas. Estos superalimentos son una fuente de salud extraordinaria por su aporte de vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables. ¡Los héroes de la nutrición!
Pero ¿cuáles son estos alimentos? Y también muy importante… ¿cómo puedo identificarlos?
Bien, aquí te contamos todo lo que sabemos sobre los principales llamados “héroes de la nutrición”:
Arándanos: los expertos aseguran que este fruto del bosque es uno de los más sanos del planeta. Es famoso por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y por ser un aliado para la salud cardiovascular. Además, los expertos aseguran que es un alimento que puede favorecer la prevención del cáncer de colon.
Aceite de Oliva Virgen Extra: desde siempre se le han atribuido propiedades curativas y beneficiosas, incluso, han llegado a llamarlo “oro líquido”. Es uno de los tesoros del mediterráneo; disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno; es un potente antioxidante por la vitamina E y los polifenoles que contiene; su consumo reduce la posibilidad de desarrollar cáncer de mama y, también, previene la diabetes y las enfermedades degenerativas.
Quinoa: estas semillas se parecen a las legumbres por su aporte nutricional; hidratos de carbono complejos y muy rica en fibra de fácil digestión. Con un índice glucémico muy bajo, contiene calcio, hierro y magnesio, así como vitaminas C, E, B1 y B2. La mejor manera de asegurarse que la absorción de hierro tiene lugar, es combinándolo con un alimento rico en vitamina C. Que esta semilla ayude a controlar los niveles de colesterol, contribuya a la pérdida de peso y a la regulación del tránsito intestinal la convierte, sin duda, en un superalimento.
Legumbres: Una fuente de proteína de valor biológico, ricas minerales como el magnesio y el calcio. Las legumbres son famosas por su alto contenido en hierro, colabora en la prevención de la obesidad, dolencias cardiacas y enfermedades como la diabetes. Así que, a la próxima si te preguntan si quieres lentejas… ¡No digas que las dejas!
Brócoli: es una hortaliza con un gran valor nutritivo y destaca por su alto contenido en vitamina C y hierro. Tiene mucha fibra y pocas calorías y tiene efecto antioxidante en el metabolismo. Por si fuera poco, los expertos aseguran que su contenido en glucosinolatos pueden tener una acción beneficiosa a la hora de prevenir algunos tipos de cáncer, como, por ejemplo, el de mama o pulmón.
Sardinas: es un pescado azul que aporta Omega 3 que contribuye a una mejora en la salud cardiovascular y tiene propiedades antiinflamatorias. Lo positivo de este tipo de pescado es que no acumula materiales pescados como puede pasar con otros pescados azules como el atún o el emperador. Si quieres regular el colesterol y los triglicéridos, no dudes en incluir las sardinas en tu menú semanal.
Bayas Goji: esta superfruta se utiliza desde hace más de 2.000 años en la medicina tradicional china y recientemente se está poniendo de moda en occidente. Está calificada como un superalimento por su alto contenido en antioxidantes y por el aporte de la vitamina C que ayuda al buen mantenimiento del sistema inmunitario, a la formación del colágeno, a la disminución del cansancio, etc. Es por eso que lleva usándose miles de años en China y el Tibet como medicina para tratar todo tipo de dolencias.
Avena: este cereal es perfecto para integrarlo en tu dieta diaria gracias a su fibra e hidratos de carbono que procura energía al cuerpo de forma gradual y protege al corazón. Así, es perfecto para reducir el colesterol malo, ayuda a perder peso por su efecto saciante, aumenta las defensas por sus nutrientes inmunomoduladores y mejora el tránsito intestinal.
Como podéis ver, estos superalimentos son muy fáciles de identificar pues son productos naturales, sin aditivos ni conservantes, alimentos que podríamos catalogar dentro de la corriente popular llamada realfood.
Las verduras son un alimento muy recomendado por nutricionistas y especialistas de la salud para llevar un estilo de vida sano. Tras los excesos del verano, en septiembre se convertirán en el pilar de la mayoría de dietas. Por ello, hoy vamos a explicarte las mejores formas de cocinado para poder sacarles el mejor partido y estén mucho más apetecibles y saludables.
Para adentrarnos en materia, diremos que la mejor forma de cocinar la gran mayoría de las verduras para así mantener sus propiedades intactas serán aquellas técnicas de cocción que apenas modifiquen su estructura, que no aporten grasas y que mantengan la verdura lo más intacta posible en su origen.
Cocción tradicional
Consiste en cocinar tus verduras introduciéndolas en agua o caldo que ponemos a hervir. Las verduras se cocinan dentro de este líquido, ya sea agua o caldo, al cual además podemos añadir algún tipo de especia para enriquecer. Una de las ventajas que nos ofrece la cocción de los alimentos, además de la limpieza, es que el agua o caldo con el que cocemos podemos reusarlo añadiéndolo a tus guisos en lugar de usar agua común o tomarlo a modo de consomé, con lo que con un mismo cocinado tenemos dos preparaciones.
Cocinado al vapor
Es una forma muy saludable de cocinar y perfecta para las verduras que se está poniendo muy de moda. Este tipo de cocción aprovecha el vapor que produce el agua en ebullición que ponemos en una cacerola u olla donde colocamos encima una vaporera o rejilla, la cual deja pasar el vapor haciendo que este cocine los alimentos.
Al horno
Otra de las formas de cocinar de forma saludable es usando el horno. o más natural posible, usar únicamente un chorro de aceite de oliva virgen para favorecer el horneado y que no quede muy seca la verdura. Aprovecha para poner especias, como el romero o el tomillo, que darán un toque especial a tus verduras
No olvides que si los vegetales se cocinan durante mucho tiempo, puede que estén perdiendo más del 50% de sus vitaminas y minerales. Es mejor comer las verduras “al dente”, para que se conserven mejor sus propiedades. Nosotros apostamos por estos 3 tipos de cocinado ya que aúnan el mejor sabor lo más saludable posible. Por último, recuerda que cada verdura tiene un tiempo de cocinado según sus propiedades, te recomendemos que te informes antes de cocinarlas para clavar su punto de cocción. Te dejamos una tabla orientativa de recetasderechupete.com
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